domingo, 31 de mayo de 2009

Celestial.

Diluvios que amanecen palabras
intentan morder la tentación
alimentarse de pecado.
Somníferos estrangulando la noche
pintan en la ansiedad hormigas
que trabajan bajo la lengua
en las yemas de los dedos
entre camisas desiertas al pie de la cama.
Lamer el instante donde se promete que seremos tal vez
borde de este olvido
el vestido que no reconoce
la caricia 
y derrite el cansancio en dos silencios 
que sepultan 
gotera del adiós
y del dios que se asoma a tu rostro dormido 

no te despiertes.

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