lunes, 29 de junio de 2009

(título desconocido)

La muerte es lenta


Y va llevándose de mí el horizonte

Titulo desconocido

Violencia
embrutece el coraje de las palabras
las revienta contra el suelo

desgarradura de saberme herida

y esta aberración a quererte

la clemencia olvida el vestido
sangre esquiva
en las baldosas de mi cuerpo


temor de amanecer ahogada
entre flores muertas
deshojando 
la oscura composición del miedo

jueves, 25 de junio de 2009

sigo jugando con palabras de proyectoabecedario.blogspot.com

Y los barcos de papel 
en el corazón clandestino
zapando una cancion 
yendome de acá
y de mas allá 
donde los bordes
sin nada
ni una mirada
subida a trenes
ni risas pegadas a los ojos.

Inmensidades
a tu vos en tu luna
final abierto.

Querer que quieras los miedos
llores los mares
salpiques color
en la nocturna voz de la cabeza.


Haces de este crónico musical
una enfermedad

girando.

lunes, 22 de junio de 2009

Otro juego con palabras de proyectoabecedario.blogspot.com

elipsis que jadea

y la orgía
usurpadora del viento

puta y zorra
arranca el volumen

¿qué?

no escucho
el niño ni la mamadera

solo la coca
interminable
en el dudoso instante

de la lluvia

Tanta crueldad

Tantas sombras callando la voz del silencio
y su costura amarrándose a tu piel 
puerto de fieras.
Voy a morder el último cuento
a la deriva de tu boca
y su corteza de fierro.

Saberte no mirarte
y tu delicada facción de olvido.

Vos olvidaste el ardor del viento 
y su temor de mediodía
cuando las manos excavaban 
fronteras en los nudos
y el desenlace
escombros del éxodo.

Tu bocacalle permanece dormida
y este quebrar humedecido en deseo

tanta mugre perdida en el océano
y vos llegando a mis orillas.

Transito

Te pesa la mugre
el rugir del silencio 
se enreda a tu lengua 

el sacrificio es lento.

La rueda gira sobre tu cabeza
dentro
donde moho y demencias
decapitan lo que pudo ser.

Espías la curtiembre del asfalto
y sus cuerpos paseándose

solo tu cara ceñida a los brotes de tierra.

La muerte, ese esclavo 
intentando escapar por el cuello.

Y la garganta escala
a donde las palabras 
no te dicen.

jueves, 18 de junio de 2009

Maldita sensación

Veo el calor sangre de tierra subiendo a mis pies.
Solo buscar la punta del hilo
prisión del miedo.
Sé de sus caras
sus garabatos en la frente
humeando cenizas
fervor insostenible.

Mera razón de sostenerle los huesos
y que mi columna 
no se enriede a maleficios
del luto agazapado en la sombra
al bienestar del silencio entre las piernas
que no calle simplemente por placer.

El miedo siempre engaña con sus ojos
escupe la nuca despacito
hasta gritar y gritar
solo él oye
enferma
la cura esta entre sus dientes
(lo quiero besar)
ya no existen sus labios ni sus muecas
proliferación de fetos en un vacío azul.

Miraré al miedo hasta que tiemblen sus pupilas
y el catecismo elocuente en los dedos
tal vez me deje beber su sangre 
purificar de ausencias
sur de la noche. 

El cielo espera con alas abiertas
con su rostro de caballos llevándose mis ojos
hacia donde permanecer sin desaparecer.

Tendré que olvidarme del miedo 
y de su santa misa gris
en este pedazo de muerte que palpita.

miércoles, 17 de junio de 2009

Hoguera

La hoja impresa impera en el lugar de la caída, a la luz, intermitencia incierta, a una manzana girando en torno a la mesa, al contorno del abismo y su destino amarillo. El despliegue de la noche enredándose al acento en el centro del olvido y su garganta de fuego, y el pasado de una grieta marchita en el asfalto de esa esquina, y no otra, donde se hunde la fisonomía de los pasos hacia el azul que se apaga, cuando trazó tantas tardes azules. Dale de comer a la bestia que lo esconde, dale de comer y que se apague para dejar encendida en otro cuerpo la esencia inmaculada de pertenecer al deshacer. 
Un poco mas de calor a esta noche para deshacernos de la infinita y extraña locación del tiempo.

lunes, 15 de junio de 2009

Juego con palabras de proyectoabecedario.blogspot.com

Romper la salida yugular a tu primer otoño

que la lupa inmunodeprimida
borre las anotaciones
las horas
y los guantes
en el extremo final de

nadie

¿Quién?

Tal vez el borde
la llanura

los versos.

Temblor

Un cumulo en los labios
se esparce 
despejando cielos.


Tu boca suspira rescate de insectos
y vaya a saber 
qué tanto mundo insano
cae por la cintura
resbala por tus manos

mundo de costillas.

Cada minuto 
tatuarse la existencia
pedazos de papel.

Y tu cintura se esparce
sangra huellas de tormenta.


Desbarrancar a tu piel
o volcarme temblorosa a los lados de la tarde.

sábado, 13 de junio de 2009

Cuerpo

Los cuerpos son capítulos que se cierran 
sobre las vértebras de la noche
y su piel invisible en el aire.

Se abren a la espera de flores redondeadas
y sus manos de púas 
despertando sueños en el párpado 
olvidados a la sombra del sol


y la caricia del silencio 
acumulando vacío.

Los cuerpos
(y nada mas que los cuerpos)
llevan a crear en la voz
a desatar de la carne
cadenas y madrugadas.


Cuando los capítulos se cierren
y no sean nada mas que solo cuerpos.

Punto

Y las ramas dejaban caer el sol por ellas como ropa tendida, en trazos de luz que sin tocar el suelo colgaban por su robusto cuerpo. El viento, esa temible boca que suspira, esa maravilla oscura silenciando los gestos de la noche, la mudez de los árboles acariciados por sus dientes. 
La mirada toxica del olvido, encontrar el instante perdido en la tarde ausente y azul. Una península de huida a las ojeras del miedo, el miedo y esa sensación de no pertenecer, de sol apagándose bajo las ramas.
Y quiero encontrarte sobre el final, para saber que en otra vida serás el comienzo.

Poco calor

Cuando caiga mi otoño sobre tus manos


y sus últimas cenizas de calor




vas a saber cuánto has amado al frío.

lunes, 1 de junio de 2009

Horizonte sobre tu mar.

En aquel horizonte pinceles escriben el exilio
no quieren huir
cuando suena el blanco frio en la ventana.
Finales comienzan 
tallan sobre cada mano
un destino.
Solo despedidas y anclajes
enredándome al viento que rompe en tus pestañas
mientras se desgrana el hemisferio
en la pequeña ceja de los puertos.
Y es ahí
donde la calma se acomoda a tus orillas
donde poder esperar
ese eterno exilio hacia el nunca.
En las rocas hay un mástil
una bandera
flameando la esterilidad de tu memoria.
Y cada vez que el sol se oculte bajo latidos
y solo yo sea el cautiverio
única función de tus mareas

será tu adiós en mi boca
un horizonte
o será el tiempo.

Clandestino

Abrí los ojos y me sentí desierta. Con ojos llenos de niebla apoyé los brazos en el suelo para levantarme despacio porque el cuerpo me dolía tanto como si me hubiesen quebrado todos los huesos. Miré alrededor, asustada sin saber dónde estaba. Era una habitación pequeña, con las paredes sin revocar, fría, demasiado fría (o era yo la que estaba helada) y solo había una entrada de luz natural, una ventana en la pared de enfrente, chiquita y muy alta, apenas se alcanzaba a ver las copas de algunos árboles que me resultaban familiares. Pero no recordaba de dónde, ni cómo había llegado ahí, ni donde estaba mi casa.
Lo primero que pensé es que me habrían secuestrado, no tenían mucho para sacarle a mi familia, pero quién sabe, hoy en día nadie esta salvado.
Estaba sobre una frazada, pude sentarme. Tenía una bata blanca y manchas de sangre en ella, los brazos llenos de moretones y algunos arañazos. Me dolía la cabeza, pero recordé que me habían arrastrado hacia algún lugar a la fuerza y ahora estaba ahí adolorida, tirada en un cuartito como un perro.
Se escucharon voces, miré hacia atrás y estaba apoyada contra una puerta. No se entendía que decían, pero era la voz de una mujer y un hombre. Me pareció escuchar un bebe que lloraba, aunque la cabeza me aturdía y sentía estar metida en un pozo donde solo se escuchaban ecos muy lejanos.
No me podía levantar, no podía ni siquiera agarrarme a la pared o levantar los brazos para golpear la puerta. No tenia fuerzas y el temor porque se abriera la puerta y no saber que podía pasar me hizo sentir un escalofrío como una puñalada de hielo que me atravesó el vientre y me trajo angustia y un vacío que me perdió la vista en la esquina de la habitación.
Se volvió a escuchar del otro lado de la puerta la voz de la mujer. Se parecía a la de mi mamá y me vino a la mente un abrazo de ella, las lágrimas, sobre todo las lágrimas. Y esa voz que seguía balbuceando ¿Mama dónde estabas? Te necesitaba tanto.
Tal vez se estarían comunicando con ella o con papá o mi hermano Martín. Seguramente estarían por todos los medios, siempre preocupados por como me veían los ojos de los demás.
La voz comenzó a susurrar mi nombre y me alejé de la puerta de súbito. Me decía que abriera la puerta, que quería que salga. Me aleje arrastrándome hasta debajo de la ventana, el corazón palpitaba tanto que parecía que se me iba a escapar por el vacío frío del vientre y me apreté el pecho, me agarré la cara y me arranqué los pelos queriendo gritar y queriendo gritar, solo salían respiraciones tan hondas como abismos.
Me temblaba todo el cuerpo y empecé a llorar en silencio hasta que se escaparon algunos sollozos que se transformaron en gritos cuando palpé en el piso la llave de la puerta, la puerta del cuartito del fondo de mi casa y mire la ventana y eran los árboles del terreno vecino en el que jugaba cuando era mas chica y los gritos de mi mama en la puerta que me pedían por favor que saliera.
Seguí llorando tan fuerte y me dolía cada vez mas el vientre, mire la puerta y había sangre, también en el suelo. Me levanté la bata manchada y se me apagó la voz y me sentí desierta. Me habían dejado desierta.
Se escucharon ruidos de llaves y la puerta que se abría y luego el abrazo de mamá y sobre todo lágrimas.

Visitas.

El hombre trepa el portón y sube por la ventana como un Romeo enamorado pero a la vez maldito, aparece detrás de las cortinas para violar a la pequeña Julieta dormida
que deshoja flores blancas sin arrancarle los pétalos mientras sueña con muñecas de papel
donde escribir sus historias.
El cuerpo poseído, víctima temporaria de espíritus endemoniados que hablan en lenguas de muerte a media luz usurpan los ojos llenando de lobos la mirada
y ovejitas oscuras corren hasta el rebaño mas lejano.
La violación escupe el placer de la muerte, el dolor como la aflicción mas cercana a morir por completo.
El hombre huye con sabor a culpa, volverá cada noche para llevarse una cuota de sangre. Y la niña que sufre sin imponer las manos, sin exorcizarse ni querer morir se alimenta con porciones de flagelo. Por eso se instruye, por eso perjura y guarda palabras en cofrecitos de silencio hasta purgar el llanto.
Por eso se invade de muerte.