lunes, 28 de febrero de 2011

Sos mi estado de sitio

La consumación de la guerra


Sos mi estado de sitio
un casco restringido a la conciencia
miedo a la agonía.
La guerra es un producto de empresa
compite contra ella misma
envasada en fetos de nylon.

La piel se rompe de gloria
alrededor muertos piden tregua
bondad nuclear
que requieren las manos.
Avanza el humo
el poder invierte razón en la fuerza
entierra brotes de fotografías,
el enemigo crece al lado de los ríos
abono enfermo a la tierra de laurel.

Respiro mi olor a sangre
me pierdo en la concentración del dolor,
esclavos clavan amor a los pies
y odio en las manos.

Sangre azul escupe noche
chupa los bordes del cansancio,
cerebros minados explotan sin pólvora
huesos plantan semillas
tus padres ya están deshojando un jazmín

hay que dejarlos morir.

Invocar suelo santo de injurias
nombrar a dios para dejar entrar al diablo
por la pequeña puerta marginal,
no son más que otras manos
metiéndose de prepo en la costumbre.

El destierro duele como manzana
cae del árbol en la tentación,
ser parte de la tierra
una victoria o el olvido.
Es la herida en cruz de los vencidos
cuando clavos guardan misterios de
querer amanecer en las alturas.
Quizás así estén más cerca de su dios.

La moral atrapada en municiones
es ofensivo lo blanco, lo pulcro
a la espera del ataque
se amotinan gritos en las venas,
no hay desarme
el fin desarma para construir
¿Qué?

Para exiliar el miedo, vivirlo
para preparar el campo que cultive amor
desde el odio de tu boca
de las flores que crecerán desde tu desperdicio.