lunes, 9 de diciembre de 2013

Levaduras





hongos unicelulares
su rol en el pan y fermentaciones
que pasan de alcohólicas a acéticas
las hay lácticas, algunas
generan glicerol
ingrediente de los jabones del baño
de las velas,
una pequeña mezcla con pólvora
da explosivos de la industria bélica.
qué triste e impotente nuestra fuerza
cuando las armas cargan tanto poder
un capítulo más
del imperio del fuego encapsulado
del miedo y la desprotección
y las manos que disparan

siempre habrá alguien que las sostenga


prendo el horno
leva la masa que será pan
cuando suceden reacciones químicas
que se reducen al valor
de actividades vitales primarias
como el amor

las fermentaciones con calor
son mas rápidas
sus seres vivos se reproducen ágilmente
y tejen una red que se infla de gas carbónico
se agranda en el bols, en el horno
hasta que el frío detiene todo
detiene
la formación de vida

algunas levaduras mueren
otras quedan en estado latente

encerrados horneamos pan
y nos armamos de amor




miércoles, 17 de abril de 2013

Ejercicios de relajación






dijiste, no quiero ser 
responsable de tu felicidad,
por eso soltame
respira profundamente tres veces
visualizá el lugar que más te guste y tu brazo

tomate el tiempo para sentirlo 
después imaginá y sentí 
cómo pesa y se relaja
cómo pesa y se relaja

relajá la mano, levantá el meñique
respirá profundamente tres veces
luego levantá el anular

relajá la mano
tomá tiempo para sentirla
así no duele

luego levantá el dedo del medio

el índice
no hay pensamientos, no hay nada
relajá el antebrazo

tu sangre corre mejor
el pulgar no es necesario pero sí


ahora visualizá el lugar que más me guste
te indico por si no te acordás
estirá los dedos en simultáneo
no hay emociones no hay nada
la palma es una pista de despegue
y tu mano se abre para dejar ir


¿viste que fácil era?

domingo, 24 de marzo de 2013

Paranoia









Hay mucho miedo en todas partes, hay energías que fastidian y empujan como en el cuento de Julio en donde la gente se va de una habitación a la otra hasta que ya no tiene dónde ir y de pronto se encuentra en la vereda afuera de su casa. Yo no aguantaba más esa energía y me fuí sola para la plaza de enfrente. Ya era de noche y la gente no anda por la calle, la fauna nocturna es muy extraña, hay personas que nunca antes habías visto en tu vida en ese lugar y las ves ahora caminando, en moto, gente que pasa y se ríe o tose y los ves andar livianos, como si la noche les quitara todo el peso de encima. Me senté debajo de un árbol, con una campera gigante y una capucha, no es cuestión de tener miedo, quiero que tengan miedo de mí y nadie se me acerque. El mar se escucha desde ahí con una cercanía que abruma, musicaliza la soledad de la plaza y puede tapar el ruido de los pasos que se te acercan. La paranoia comienza a titilar en la cabeza, miro hacia todas las direcciones, el viento mueve las hojas de los árboles que ya secos en este otoño prematuro dan sonidos que se quiebran y hojas que se mueven por el suelo. Una canción de feliz cumpleaños viene desde alguna casa. Imagino los abrazos y cómo será la torta. Una casita al lado de la otra, un pequeño mundo al lado del otro. Mundos diferentes. Unas motos van y vienen y en un ratito ya se habían juntado muchos chicos en el centro de la plaza, donde hace muchos años había una pared con un busto de sarmiento que comenzaron a arruinar y le sacaron primero la nariz, luego las orejas, después lo pintaron y un día no estaba más. Otro día tampoco estaba más la pared. El grupito de chicos se hacía más grande como las moscas que rodean un tarro de miel, entonces me paré y caminando chueco y encorvada me fuí despacito hasta la calle. Caminé caminé y caminé y ningún rincón a la vista parecía un lugar seguro. Volví a casa, pero no quería entrar, entré al garage y volví a salir, me dirigí a los arbustos que rodean la esquina y me senté en el espacio libre que hay entre uno y otro. Están tan tupidos que me pueden tapar para poder pensar y sentir la noche que no aprieta como las paredes de mi casa. Hay días en los que me quiero ir, me quiero ir lejos y un impulso me lleva a salir con lo que tengo puesto, el documento y algo de dinero, subirme al colectivo ir a la terminal y tomarme cualquier micro que me lleve a cualquier pueblo de la provincia. Quiero borrarme del mapa actual que me contiene. Llegar a ese lugar desconocido, buscar un trabajo, cualquiera, alquilar un cuartito y trabajar trabajar, dormir, comer algo apenas y leer, pagar el nuevo mes. Entrar a las bibliotecas, pedir libros como quien pide algo para dar y estar en cuatro paredes que me protejan, donde mi energía ahí sea la que se propague hasta la calle, y yo esté tirada en la cama manejándola como un control remoto.


lunes, 18 de marzo de 2013

Los bosques después de la tormenta






No sé qué pensás cuando me acaricias 
o mirás en silencio, la caricia va 
desde los ojos a la boca 
a todo el perímetro de la cara
ya no la veo
la siento en tus ojos de bosque
de bosque dos horas después 
de la tormenta
ese color donde árboles y enredaderas 
son uno, en libertad se trepan 
el pasto casi no crece
pero si espiás entre las hojas 
encontrás musgo
y el musgo entero del mundo podría crecer
en la humedad de tu boca 
en la profundidad de tus ojos
ese color en los que nunca entré
me parecían una casa de vidrio sin mobiliario
en la que todo se ve 
pero a la vez no hay nada
desconfiaba de los colores claros
siempre me dejé llevar por lo oscuro
pero en tus ojos encontré un bosque 
tan tupido pero tan claro, no sé, 
por la luz de la tarde que se quiebra 
entre copas de árboles y golpea
de una rama a otra rama 
en la capa que dejó la lluvia sobre las hojas.
Las gotitas caen, son como nenes que juegan 
en un parque acuático
donde se deslizan y descienden
en un plaff redondo encuentran el suelo
un sonido hueco apenas perceptible
donde otras hiedras esperan
y al traspasar ese colchón
hay pelusas de musgo
y las que siguen descendiendo
correctamente 
cayendo de hoja en hoja
despiertan un brillo plateado que encandila
a mis ojos oscuros
hundiendo los pies
sintiendo la tierra húmeda 
esponjosa por el moho
por toda tu caricia que me habla despacito
y le entiendo decir algo 
pero ya no me importa qué
si ya estoy en tus ojos 
en los que encontré un bosque
y en los que me encontré a mí
dos horas después de la tormenta.


viernes, 15 de marzo de 2013

La fuerza



a Sonia








Amor tendido sobre la mesa, entre tazas de té
la cuchara sobre el borde derecho del plato
el postre dibuja una sonrisa inerte
toda tu fuerza escondida
en la amabilidad del abrazo exento de cuerpo

cuando el instinto te avisa que no
te levantas sangre y sombra
delimitas el contorno de tu bestia
pies corren hasta detenerse en una plaza de toros
donde sos cada rincón y todos los corazones latiendo

pero no hay muertes, hay transformaciones

sos quien enfrenta y quien sostiene
quien cae y se levanta
juego donde la violencia es el grito 
de una lanza calladita que se sitúa 
en el medio del pecho hasta plantar bandera

los esquemas sistemáticos de tu abrazo coinciden
con el pleno instante del parpadeo 
ocasionado por el viento
en la respiración honda frente al mar
o frente a la construcción de tu patria
brotes que rompen semillas hasta que
llegan vías de un tren
barbarie del amor en tiempos civilizados
se hace paso como ratas entre escombros

llega el transporte y vos lo esperabas 
quietita, inmutable
con el remolino en el centro de la taza del té
que dejó hace un rato la cuchara
y se levanta una estación a tu alrededor
te tirás a las vías y el tren te arrolla
sin muerte, no hablamos de muertes si no de vida
a la que te entregas 
y el tren que esperabas te lleva con él
a recorrerte, a vos y tu patria
a un lugar muy lejos demasiado inmenso
dentro tuyo, tierra adentro.

jueves, 28 de febrero de 2013

Un piquete al corazón.







Tengo el corazón pequeño
más pequeño que mi puño cerrado
los latidos parecen una orquesta
sus violines se escuchan desde cualquier valle

otras veces todo es percusión africana
acelero el pulso y retorno al origen
se contrae y se relaja, contrae y relaja.

Hay momentos en los que
como una cámara  endoscópica
el pensamiento se enfoca en mi motor:
me pongo nerviosa, sigo su movimiento
me asusta la importancia de su mecanismo
pienso si al pensar su posible detención
podría suceder, como cuando
queremos dormir unos minutos, y dormimos.

Tengo algo con las muertes por paros cardíacos
la disfunción de ese órgano
en personas a mi alrededor
tal vez delegamos la vida en el reino del corazón
dejamos pasar al amor, la salud, al trabajo
todo amontonadito se vuelve
una corriente sanguínea pesada buscando
oxigenar el cuerpo, bombeando razones
preocupaciones, plaquetas
a puro glóbulo rojo que se asfixia
y construimos allí nuestra ciudad
como las medievales con fuertes y fosos
hasta que ya
no tiene más lugar donde expandirse
cierra sus compuertas
todos los habitantes esperan un fin del mundo
se abrazan unos a otros
su galaxia de piel se vuelve azul
sin aire en los tejidos la pupila se dilata
y la música se convierte
en el último viento que sopla allá
cerca de sol.

miércoles, 20 de febrero de 2013

No sabe no contesta





Ya no sé si quiero o si lo necesito
si acaso todo este nudo sos vos o las arterias
que se enredaron ahí nomás del corazón
porque me duele un poco cuando respiro hondo
como pedalear la bici subiendo una loma
y no tengo cambios para agilizar
me falta el aire, bombeo de donde pueda para
poder llegar cuesta arriba
como en la loma Stella Maris donde
bajo manejando y a veces
a veces tengo ganas de seguir y no doblar
pero allá abajo no estoy
está el mar
entonces doblo y vuelvo a mí
a sentir otra vez
el nudo que se mueve en el pecho
como un gatito que se despereza al despertarse
y hay un zumbido extraño con el latido
de moscas golpeándose contra una ventana
porque adentro ni ellas se aguantan
aunque les deje un pote de miel abierta
o la piel sudada, se quieren ir,
y afuera llueve, la bici esta rota y ya
no sé si me querés o me necesitás.

domingo, 6 de enero de 2013

Puntos cardinales






Convivíamos de manera pacífica
éramos el este y el oeste
cada uno miraba hacia su lado
a veces teníamos que elevar 
el tono de voz para escucharnos
vos veías salir el sol por el mar 
yo ocultarse en el campo
en la cama vos veías cuadros
la biblioteca, el sillón donde dormía el gato
a mí me tocaba la ventana
eucaliptos asomaban y pensaba en el té que haría
cuando asomara la tos
también veía el jardín y el pasto que crecía.
La casa fue desordenándose 
de manera que ninguno 
podía explicar qué pasaba
y nos invadió una sensación de extravío
solo podíamos mirar al norte o al sur
no podíamos describir qué veíamos en el sentimiento
o sentir en la vista. Un día
al salir a la vereda y cada uno camino para su lado
nunca más volvimos a vernos.
Vos eras mi punto cardinal opuesto
espero que la redondez del planeta
en algún punto 
nos vuelva a encontrar
para contarnos lo que pudimos aprender
lo que pudimos ver y amar 
y vamos a volver a nuestra casa
a hacer lo mismo de siempre
pero va a ser distinto
va a ser mirándonos a los ojos.

miércoles, 2 de enero de 2013

Un montoncito de huesos






cierro los ojos cuando te vas
vuelvo a la infancia 
donde juntaba el sol con las manos
hacía pozos para enterrar la sombra

corría en los campos hasta el atardecer

hasta que escuchaba 
una orden de cuerpo a tierra 
buscaba la protección del pasto
trinchera con el viento, de la luz mala
huesos relampagueando allá a lo lejos
sus perros blancos me seguían 
hasta la tranquera de casa.

de día me animaba a buscarlos
hacia ofrendas en una pacheta
colocaba restos de animales 

cráneos de vacas eran trofeos

o dentaduras humanas 
y flores del rosal de mi abuela
ella me llamaba diciendo 
no llores mi niña
no llores por un montoncito de huesos.

abro los ojos y ya no te veo
no estoy en el campo
pero siempre me llevo conmigo 
hacia ese u otro lugar 
en ataques de orden encontramos 
personas y días de un calendario 
que se interpone en los días que corren

recuerdos, objetos y fotografías
son la correspondencia que llevamos 
con el tiempo.

yo quería llevarte hasta ahí, a mi infancia
plantarte un jardín en medio de la frente
no arranques las flores, me decías
pero cumplen su vida 
y luego de la floración y la belleza, se secan
en el florero en la mesa o en la planta.

nosotros fuimos como un rosal sin podar 
nos quedamos con las mejores flores
perseguidos por la luz mala 
asustados, inquietos, encendidos
entregándole nuestros cuerpos a la tierra 
y diciéndonos
no llores mi amor
no llores por un montoncito de huesos.