miércoles, 13 de agosto de 2014

Palmeras y los días de lluvia




Salimos al jardín bajo la lluvia
juntamos las nueces del vecino
el agua de lluvia es mejor para regar
hasta el alma que se evapora del cuerpo
un gas comprimido, apretadito
nunca sabemos hacia dónde va
pero sabemos que vamos a seguir acá.
Hablá bajito que no escuchen
el vecino no come nueces
pero tampoco quiere que las comas
vamos a tener como para un mes
hasta la mordida cansada
nada es desecho
el universo fungi lo demuestra
un día como hoy todo reluce
los mohos en las cortezas el verdín
todo deja su resto en la tierra
para que la naturaleza lo transforme
¿alguna vez imaginaste dónde vas a estar?
creciendo en un maizal 
en los malvones
a la sombra de un siempre verde
somos abono para florecer un jardín
abrazar a un árbol es sentir esa energía
la del tiempo real que nos deja lejos
no como el que nos pasa por el cuerpo
sentir eso que está más allá de nosotros
los brotes crecen
como realidad frente a los ojos
al cerrarlos podemos sentirla
en una mirada universal
podemos palpar y romper la cáscara
la nuez de una verdad que viene
desde hace mucho tiempo
como palmeras
esas que parecen piñas jugosas
gigantes apareciendo 
como si rompieran la corteza
y se levantaran ya crecidas, enteras
después de haber estado
mucho tiempo

debajo de la tierra.