lunes, 23 de agosto de 2010

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"explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome"
Alejandra Pizarnik








Un surco gris invade mi telaraña mental. Debajo, olas con muletas empujan rocas, una escollera se pone de pie y márgenes con dientes expropian la marea de los bordes submarinos, la ciudad se aleja. Me lleva conmigo un funesto barco, una mañana de trigo, sombras de mujeres con formas de flores en la arena, en sus trazos de mantel y entre los pétalos de óxido que se deshojan sobre el agua. Y las sombras que no mueren, la escalera del viento, la viajera del norte anclada en la memoria. En mi sonrisa caen dados, cuatro cinco seis, puntos suspensivos, los puntos construyen el silencio y las calles. Las bocas de tormenta, la vereda, el balcón mareado en las alturas llora el fragmento ágil que se desprende. Pero no me voy, me saco de mi esquizofrenia, del mundo fosforescente, de las dimensiones escondidas en la sangre.
Quisiera llevarte a vos también, pero en esta noche, mi sueño se desvela por la música del viento.

lunes, 2 de agosto de 2010

Estación subterránea

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Perdido entre los párpados, en el viento que despide mi ansiedad y la lleva en su tumulto de codos anónimos, destino el lujo de lo llano al mismo lugar en donde antorchas de frío quemaban la luz enredada al horizonte. Y yo me repito el silencio, la boca dormida aquietando el paso y el sacrificio austero permanece de pie, pegando a la nuca dos palabras de amor. ¿Y qué, si el amor es tierra en la garganta, en la médula, una corriente de sur a sur, sin esquivar el miedo? La función de la espalda cargando un siniestro, dolor y caminar, caminar lo necesario que necesite la mirada y que la plenitud sea el amor en la cocina horneando alfajores de inocencia agotada evaporándose hacia tu nariz, y tu nariz bien abierta para abrazar el aire, para entablar una conversación con su mirada de pájaro buscando una rama que lo reparta en trozos de cielo.
Pero nos habita el hastío, el cansancio predomina en tu cabellera hasta que las raíces crezcan por tu espalda y aprendas a cargar el amor a la deriva de tu piel, sin tu espalda a espaldas de la mía, y que la medula succione el poco amor tuyo que me queda en este paraíso sin tierra.








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sin titulo

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Paralizada entera a tu mañana de frío

correcciones en el fondo azul
lanchas anudan el medio del mar
mi garganta y su filo de arena.

La carencia y la risa 
ondula el aire en permanencia
se deposita en el vórtice de la boca
dilata el ansia
el boceto que repite el instante.

Fumo las ofensas del verbo presente
sustantivos circulan 

ocurre el agua.

La lluvia remueve 
pantano de sal entre las olas

la tragedia del incesto
tu saliva
el humo

y los trozos del incendio que traga la lengua
toco el cielo con la lápida de mis dedos.

Acá ya no hay nada mas que hacer.






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