jueves, 30 de agosto de 2012

Felicidad masticable



Debajo de un cielo oscuro
estoy en el agua sumergida
el mar siempre invadiéndome la sangre
transportando nutrientes, oxígeno
y las pequeñas muertes
arrastran sus desechos
amortiguándome en las caídas

estoy pensando 
en la consumación de la felicidad

cuando te veo quiero morderte
masticarte y tragarte
pero seguiría con hambre.

Me quedo quietita mirándote
ya no sé qué quiero hacer con vos
nada me alcanza
y tu compañía es un ritual
donde contengo el canibalismo.

Sos la fuente
el agua la sed el hambre
el sonido circular de las gotas
que dejo caer
y hundo las manos
muevo el agua desde abajo
con ansiedad y aletas

escucho el agua y soy ella
el setenta por ciento de tu cuerpo
y el treinta restante tu carne
tu cuerpo como isla.

Quiero moverme en tu agua
      soy un pez
y con una isla como vos
y estas dimensiones

podes ser mi noción del mundo.

sábado, 11 de agosto de 2012

La puerta y el arroz con leche




Deslizo el dedo índice
por la página amarillenta de un libro,
puntos cardinales
en la reflexología del cuerpo,
abriendo células como flores naranjas al sol.

Allá enfrente tu casa
una nueva edificación del tiempo,
hasta la respiración
cambiaba de curso en el aire,
los autos apenas se movían
con el trazo de luz en una foto,
en el movimiento que le damos al verlas
y la continuidad,
el trazo imposible y eterno del instante,
o las hojas del tilo en la vereda
que encaprichan al árbol en té.

Miro tu puerta
un comprimido amarillo
de quinientos veintisiete miligramos
de analgésica felicidad
que abro con los dientes
se diluye
en la boca
los poros se cierran
la pupila se dilata
en la página ciento treinta y seis del libro.

Flores amarillas del tilo
aroma a navidad
la corteza del tiempo
y la piel
tirada como un pedazo de canela,
se disminuye al polvo
de un arroz con leche
en la cuchara
y no abrimos la puerta para ir a jugar
entonces
una foto con vos en la página ciento treinta y siete
y un militar que levanta la barrera del tren
en la esquina de casa,
no la vemos en la foto pero está
como vos y yo,
y la continuidad
se convierte
en una pequeña desaparición.