cierro los ojos cuando te vas
vuelvo a la infancia
donde juntaba el sol con las manos
hacía pozos para enterrar la sombravuelvo a la infancia
donde juntaba el sol con las manos
corría en los campos hasta el atardecer
hasta que escuchaba
una orden de cuerpo a tierra
buscaba la protección del pasto
trinchera con el viento, de la luz mala
huesos relampagueando allá a lo lejos
sus perros blancos me seguían
una orden de cuerpo a tierra
buscaba la protección del pasto
trinchera con el viento, de la luz mala
huesos relampagueando allá a lo lejos
sus perros blancos me seguían
hasta la tranquera de casa.
de día me animaba a buscarlos
hacia ofrendas en una pacheta
colocaba restos de animales hacia ofrendas en una pacheta
cráneos de vacas eran trofeos
o dentaduras humanas
y flores del rosal de mi abuela
ella me llamaba diciendo y flores del rosal de mi abuela
no llores mi niña
no llores por un montoncito de huesos.
abro los ojos y ya no te veo
no estoy en el campo
pero siempre me llevo conmigo no estoy en el campo
hacia ese u otro lugar
en ataques de orden encontramos
personas y días de un calendario
que se interpone en los días que corren
que se interpone en los días que corren
recuerdos, objetos y fotografías
son la correspondencia que llevamos
con el tiempo.
yo quería llevarte hasta ahí, a mi infancia
plantarte un jardín en medio de la frenteno arranques las flores, me decías
pero cumplen su vida
y luego de la floración y la belleza, se secan
en el florero en la mesa o en la planta.
en el florero en la mesa o en la planta.
nosotros fuimos como un rosal sin podar
nos quedamos con las mejores flores perseguidos por la luz mala
asustados, inquietos, encendidos
entregándole nuestros cuerpos a la tierra
y diciéndonos
no llores mi amor
no llores por un montoncito de huesos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario