No mas que otra noche vencida
a los pies de una herida que no cesa
y tu nombre galopando en mis oídos
tu boca errando los pasos del tiempo.
Cansada de esperarte
mariana ya no espera
ni se sienta a esperar.
Me lleve tu nombre al altar de la memoria
donde los rezos de creerte sed
ya no encienden velas sobre la garganta.
Esperar prohíbe buscar.
Y los minutos no pierden el tiempo
solo resucitan
en busca de otra vida que los mate.
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