viernes, 2 de mayo de 2014

Un mediodía de invierno quise ser mamá



Me regalaron un libro
la violencia interiorizada en las mujeres,
lo leí de un sillón al mediodía
y tuve una sensación de querer serlo
desde mi adolescencia no volvía
esa ráfaga de maternidad, creía que ya no
pero por qué la violencia
desgarro y parir, todo parece cruel
debería ser pura felicidad y endorfinas.
Desde el ciclo y la sangre 
el cuerpo preparándose
cuando mamá me explicó qué pasaba
yo lloraba en el baño. 
El horror persigue a las mujeres
desde tiempos inmemorables
los cuidados y la persecusión:
trae un bebé, no es una enferma,
violencia médica desde el parto,la postura 
parir contra la gravedad.
 Me tomo un mate con miel en la cocina
la pava hierve me olvidé
hay quienes no pueden 
encargarse de su vida y encargan un bebé
te pasan un mate y gracias
es difícil, a ser padres 
se aprende sólo con hijos.
Un bebé va a ser una persona
no va a ser un bebé toda la vida
como un huevo kinder nunca sabes
qué te puede tocar
lo mejor y lo peor de vos o del padre que ya fugó
por la salida de emergencia.
En una época me imaginaba
ser mamá soltera
qué susto si el amor de turno
creía que quería su paternidad
me gustan tus ojos quiero ese mentón
ese lunar en la mejilla
pero es un fruto de a dos
no una fruta trasgénica en un cajón
dejémosla así que crezca madure y caiga
que sea mitad abono
mitad comida por un ave que vuela
que nuestro hijo sea árbol, fruto
semilla volando. 
La mujer embarazada me parece
la más hermosa del mundo
dos personas juntitas brillando
en un par de ojos que hace correr 
otra vida
el circulo de la eternidad.




No hay comentarios:

Publicar un comentario