lunes, 20 de septiembre de 2010

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A través de la comprensión libero la conciencia. Respiración tardía, llego primero que todo a la nada antes que la nada lo haga todo. Me sumerjo al sueño y gravito en las paredes de mi mente que construye puertas con trozos de corazón que no desintegraron las manos de la realidad despierta. Frunzo el ceño, tengo la cosecha amaneciendo tras los párpados, y el campo es tan verde, las paredes tienen palabras que se escurren y no escucho nada. Veo el mar, el mar siempre juntando muertes con sus palas llenas de espuma y de rabia y de sal subiendo las presiones de la piel. La electricidad me enlaza al mundo del hemisferio norte. El sonido se topa con un barranco y no es suicidio el de la música en lugares abiertos. La expansión nos abraza, no querer morir más que despierta. Muertes cercanas invaden la tierra de los sueños. Te quiero, te quiero pero en mi vida las raíces te abortaron. Sos parte del tiempo que bosteza momentos, instantes de papel carroña. Y nada se repite, todo se distorsiona, se transforma, todo nutre a la boca del destino.



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