lunes, 16 de noviembre de 2009

Quererte en la cruz

La liturgia se confiesa
y la consciencia se remanga los dientes
para limpiar tantos pecados
pegados
a tu boca dormida.
Voy a rezar cada letra
cada perdón de lengua malcriada
en este desesperado sacrilegio.
Los labios se mojan en agua bendita
ojos cegados en dócil penitencia
brindar la eternidad de esta virgen
consagrada a tu divinidad.
Sólo por una mísera ostia de tu religión
voy a ser la imagen que llore
calvario de tus pies.

Y en el culto
la gula devorándome
la lujuria arañando las puertas del encierro
secuestrar a la virgen


nadie pagará el rescate.

Esta soberbia en amar
soledad empedernida
envidia a quien tiene tus ojos
quien ora tus misas.
La codicia en conquistar tus rezos
los te quiero en la mesa de luz.
Pereza maldita en búsqueda de querer

no de necesitar.

Dejar de beber vasos de ira
equivoca manera de habitar
la casa que me vive.

Y me quedará soñar entre escombros
una aparición milagrosa


o internarme en las puertas de tu iglesia
para predicar el olvido.

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